En Fiambalá nos hospedamos en el hotel municipal, el cual está bastante bien, no pidan jacuzzi ni nada por el estilo, pero cumple. Comimos algo de comida típica, como por ejemplo unos ricos tamales. Obviamente, estaban también las infaltables milas de llama, cuya historia la contamos en publicaciones anteriores. El nombre del comedor, no lo recuerdo, pero queda a 2 cuadras del hotel.
El pueblo está muy lindo. Su iglesia frente a la plaza central, típico. Varios lugares de venta de artesanías, comedores, etc.
Llegar a las termas es bastante fácil, desde la plaza central, está todo señalizado....
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